lunes, 18 de abril de 2016

Manual de felicidad

Que triste perder una vida buscando a la felicidad
por no saber mirar en el sitio correcto
y necesitar demasiado encontrarla.

tener la justa
a veces prestada
y dejar que esta dependa
de razones que duran menos que un suspiro
cuando no es posible encontrarla

Que irónico.

Que triste que dependa del tiempo
atmosférico
el que se tarda en olvidar
o del dia de la semana
diferenciando entre lunes y domingo
teniendo ambos
Siempre, pocas horas de noche
Y a veces, demasiadas de día.

De las veces que escuchas te quiero
mientras es recíproco
o no
Cuando amas, y te llena a rebosar
o cuando debes dejar de hacerlo
y te duelen hasta las costuras

Esta comprobado que las nubes
se mueven con el viento
de la misma forma
que el tiempo se lleva los problemas
o los dias grises
siempre en la direccion correcta

Que nunca el ser feliz dependa
De ojos ajenos
Drogas blandas
Besos duros
Y vertigos absurdos

De las canciones
que al cerrar los ojos
se convierten en personas
y los recuerdos
que se ahogan
cuando intentan nadar en el presente

Que tu felicidad no necesite horas de sueño
o sufra insomnio
por aquellas cosas
que en el colmo de la ironía
nos hacen soñar

Que la felicidad no se mida en kilometros
ni distancias que nos separan de aquello
por lo que merece la pena viajar
hasta el fin del mundo
y de vuelta

Que no dependa
de adjetivos
sustantivos
y verbos conjugados
para terminar en -arte

Haciendo promesas en cartas
Que tienen como destinatario
Alguien que quizás no las merece

De las palabras
que siempre van de corto
y se quedan igual
al hablar de recuerdos
que nos dejaron la piel
echando de menos

Vivir dependiendo de golpes
de buena suerte
y rachas de la misma
de las que regalan tranquilidad
a las faldas
en los dias de viento

Porque no existe desastre lo suficientemente grande
para no conocer solución
excepto el de decidir seguir adelante
sin llevarte a ti mismo de la mano
Fuerte
y sin miedo a perderte

Qué triste que aún exista gente
que piense que la felicidad
es proporcional a la cordura
desconociendo que estar loco
y caminar siempre al borde
es el mejor estilo de vida

Duele pensar que algunos
no ven mas allá de estereotipos
y juicios
que llegan antes que el buenos dias
del culpable en cuestión
sin poder ver que detras de todo eso
no hay mas que personas
capaces de enseñar
más de lo que hubiésemos imaginado

Cuantos viven con miedo
y ganas entre las pestañas
por no dedicar una mirada fija
que quizás no salve el mundo
pero si consiga verlo
un poco más humano

Y es que saber que los errores
de hoy
serán anectodas mañana
es la mejor clave
Para ser feliz
y comprender que las heridas
en algún momento dejan de doler
aunque queden cicatrices.

Entiende que los consejos
de otras experiencias
no sirven para tus errores
y aunque nadie es profeta en su propia tierra
durante el naufragio
Tú serás el unico capaz de salvarte

Que complicado depender de otras manos
para curar tus heridas
cuando a veces
son las mismas que las causaron

Que difícil darse cuenta
de que lo que te hace feliz
y te mata a la vez
nunca deberá tener un hueco
entre tu lista de opciones
y menos en la de necesidades

procura que sonreir no sea producto
de no llevar felicidad en la cartera
pero fingir
que al igual que el dinero
no te da la misma

Que ser feliz dependa
de descubir el camino correcto
y poder mirar tus pasos
sabiendo has vivido
siempre
como querias hacerlo

Deberíamos dejar de buscar la felicidad
a la vuelta de la esquina
para encontrar la propia
en algun lugar
de cabeza
a tobillos.

¡Qué triste es ser feliz si no es contigo..

 
                                                   ...Mismo!

jueves, 14 de abril de 2016

Si decido quedarme.

Sólo quiero que sepas
que el día que no te reconozca
me marcharé
y las mariposas migrarán
de mi estomago
a un lugar más cálido
El día que tus ojos
No te delaten cuando mientes
Dejare de creer
Que mi felicidad
Está entre tus pestañas
Y es que tu buscas la tuya
Entre ultimas prioridades
drogas blandas
Y otras bocas
    
                    Demasiado lejos de mi

Buscando razones para no amar
Lo que te llena
porque te asusta
que lo hagan de la misma manera

                           Qué ilógico

El problema de marcharme
Es que tengo las ganas
Todos los besos
De frente a tobillos
Y un par de balas
Enganchadas a las costillas
Y me asusta
que el echarte de menos
Duela mas que tus dedos
En mis heridas
Cuando cruzamos las rodillas
y un par de miradas sinceras
Un domingo cualquiera.

viernes, 8 de abril de 2016

Cart(a) al poli(mor)fo

Aún sin haberlo visto nunca, siempre pensé que reconocería al amor.
Estaba segura de que olería a perfume caro, iría bien peinado, y no tendría miedo a tropezar.
Que tocaría la guitarra y se sabría todas las canciones que se han llegado a componer.
Lo sabía, y eso que aún no le había conocido.

Siempre pensaba que no era el lugar indicado, ni el momento oportuno.
Que cuando le buscaba
El amor no andaba por allí.
Hasta que un día
sin avisar
nos cruzamos.

Pero el amor estaba despeinado
y su olor era una mezcla entre alquitrán y carmín
bebía más de la cuenta
y tenia los pulmones negros de excesos
El amor no sabia bailar, y las canciones que hablaban de él no eran lo suyo.
Pero le encantaba vivir, y hacerlo a su lado era mas fácil.
Cuando besaba al amor nos chocaban los dientes, al igual que las ideas.
Pero él siempre supo como rozarme las rodillas en el momento perfecto para hacerme olvidar donde estaba el eje del mundo.
Tenia una sonrisa casi tan torcida como sus pensamientos ,ojos profundos, y no siempre decía la verdad.
A veces se marchaba sin decir adiós, y entraba sin pedir permiso ni perdón.

Entonces el amor se fué,  dejando una nota de despedida y un hueco en mi cama que tardé años en volver a llenar.

Cuando le volví a ver estuve cerca de no reconocerle.
Era mas alto con los ojos mas claros.
Aun más despeinado y con algunas pecas que no solia recordar.
Sus libros favoritos y sus peores miedos eran otros.
Olía diferente, pensaba diferente y dormía en otra posición.
Pensé que no podría llegar a  acostumbrarme nunca
pero encontramos un banco que nos sentaba a la perfección
chistes que a ambos nos hacían gracia e historias que aunque repetíamos no nos cansabamos de escuchar.
Entonces fue cuando el amor y yo
Empezamos a darnos otra oportunidad
parecía diferente
pero se sentía igual.

Entonces fue cuando aprendí que a lo mejor el amor esta en la otra punta de la sala.
siempre en el lugar equivocado
en el momento menos oportuno.
Quizás no este preparado para ti
o tu no estes listo para él
quizás te acompañe un mes
o una vida.
Pero el amor cuando llega lo hace siempre en el momento justo
y se marcha cuando debe hacerlo

Si algo entendí de lo que me explicó el amor
Es que si decide aparecer debes recibirle con una sonrisa
Y se si se marcha
Solo pedirle
Que deje la puerta abierta.

lunes, 14 de marzo de 2016

Tenias balas para disparar.

Intentaste volar, pero el peso del miedo no te dejó que te movieses del sitio.
Vivimos en un mundo en el que sentirlo todo mucho es siempre una disculpa, y los que conjugan el verbo amar en presente, no son mas que inocentes locos.
Quizás la palabras ya no sirvan para hablar del corazón, y las grandes verdades solo puedan confesarse con esa miradas, que explican algo que ni nosotros llegamos a entender.
Dicen que dos personas que se hacen reír tienen derecho a todo, por lo que propongo redactar los nuestros cuando nos duele la mandíbula y nos sobra el humo en los pulmones, una madrugada cualquiera.
Ambos eramos conscientes de que íbamos a arder, como si el papel donde escribo lo que no puedo decirte, fuese nuestro material principal. Aún sabiendo que mi corazón estaba empapado en gasolina, siempre te pedía fuego, nunca me importo hacerlo y es que a ti y a mi siempre nos gustó bailar entre las cenizas.
Tus ojos brillaban mas de la cuenta, y nerviosos contemplaban los mios como si en ellos estuviesen escritas todas las posibilidades, podria decir que fué violento, pero estas guapo hasta cuando dudas. Reflexionabas en alto sobre las maneras de estrellarte, en ninguna podía salvarte, porque nunca me dejabas ir contigo. Que pena que el temblor de rodillas no te deje llegar a lo mas alto, incluso pensando lo bonito que se ve el mundo desde arriba.
Sabias que podías disparar, pero preferiste dejar las balas en la recamara , y el 'y si' entre mis cejas. No se si dolería más la bala entre las costillas o mis ganas entre tus dedos. Que triste que dejemos de ser felices solo por sentirnos seguros, aun sabiendo que el camino correcto es en el que podríamos perdernos.
y es que si parece amor
¿Por que nos empeñamos en que parezca un accidente?

domingo, 20 de septiembre de 2015

Las palabras son inútiles, tercas, retorcidas como tornillos que no entran rectos. 

Y me cansan. 

Pero son lo único que tengo.

viernes, 28 de agosto de 2015

Sin ti no hay yo.

De vez en cuando algún domingo me golpea la cara. 

Como hoy.  

Uno de aquellos domingos de invierno en los que se te hielan antes los recuerdos que las manos. En los que la distancia no hace más que alejar el olvido y el olvido, por lo tanto, se sienta a mi lado preguntándome cómo.  

Que cómo quiero hacerlo, que qué pautas le doy para conseguir un objetivo tan triste como sinsentido:  

Olvidarte. 

¿Por qué se empeñarán todos en usar al olvido? En mi caso se que su labor está en otra parte, que yo no quiero pasar las páginas de mi memoria si en los recuerdos no sales tú. Que me enseñaste tanto ayer que si me olvidara de ti estaría renunciando hoy a una parte de lo que soy.

Y, por eso, no quiero olvidarte. 

No quiero renacer sin las decisiones que un día tomé, sin las sonrisas que un día sentí y, por supuesto, sin los te quiero que día si día también se me escapaban entre los labios

Así que mientras se me escapa algun recuerdo congelado, de esos muchos que tengo a tu lado, repaso la lista de motivos por los que no pudo ser. Un montón de razones que se engloban en una sola. 

Que a veces, con querer, no es suficiente. 

Y es que lo  he intentado.

He intentado no sentir tanto para, de ese modo, evitar hacerme daño. El problema es que te siento incluso sin sentir. Porque no sé si se me rompió antes el futuro o el corazón. 

Lo siento.  

Porque luché durante tanto tiempo por cuidar lo nuestro que me olvidé de cumplir las promesas más importantes: las que un día me hice a mí. Y hoy, tratando de reencontrarme conmigo misma, me doy de bruces con lo que más me duele: la certeza de que luché hasta el final por que nuestro futuro nunca fuera nuestro pasado. 

Así que ahora, con mi presente entre las manos, tengo que dejarte ir como la arena escurriéndose entre mis dedos. Los mismos dedos que, hace unos días, entrelazabas tú con los tuyos.

Así que sí. 

Imagínate cuánto dueles. 

Pero dejarte ir

Es comenzar de nuevo.

Empezar otra vez pero, ahora, con todo lo que has aprendido. Con tus errores y con tus virtudes, con tus éxitos y con tus fracasos, con lo que te dieron y con lo que te faltó cuando mas lo necesitabas.

No se trata de desandar el camino recorrido, tampoco de borrar las huellas que te trajeron hasta aquí. Se trata de continuar en otra dirección, en aquella en la que no necesites perderte para encontrarte.  

Aquella donde, ahora, la brújula no seas tú.

viernes, 7 de agosto de 2015

Y un día, cambió.

Hubo un día en que las cosas cambiaron, el café ya no sabía tan amargo, los libros dejaron de contar el mismo final, entre nosotros ya no había motivos para seguir fingiendo que nos queríamos, y con eso nos quitamos un peso de encima. Todas las canciones dejaron de hablar de ti y mis ojos ya no brillaban cada vez que escuchaba tu nombre. Mi corazón aprendió a controlarse cada vez que nuestros caminos se cruzaban y decidí que estaba harta de pasear entre las ruinas de tu cariño. Finalmente, un día dejé de torturarme con tu recuerdo, ya no era lo primero que me venía a la mente cuando mis pensamientos y yo bailábamos solos. Simplemente ya no me dolía, ya no revivía cada instante que me había llenado de felicidad o de odio. Dejé que todo eso se guardara en algún lugar de mi y con el tiempo otras cosas lo enterraron a conciencia. No sentía remordimiento alguno por dejar atrás el pasado, y entonces la vida pasó la página
sin que yo me diera cuenta.